domingo, 3 de abril de 2011

Tener toda la cama para mí sola. Dormir con Maca. Levantarme tranquilamente por la mañana y tener tiempo de hacer todo con calma, sin turnos de ducha ni de nada, y llegar puntual al trabajo. Cenar ligerito por las noches. Acostarme pasadas las doce. Ver lo que yo quiero en la tele. Tener el salón ordenado y que no haya pelitos de barba en el lavabo.


A quién quiero engañar... me muero de ganas de que que aterrices el jueves en Barcelona de nuevo.