Soy incapaz de echar nada de menos y de echar nada de más. Parece que mi cabeza y mi corazón han eliminado todos los recuerdos, buenos y malos, de los últimos cuatro años. El cuerpo es sabio y se autoprotege.
Pero ayer me acordé de que echo de menos cantar contigo en el coche canciones tontas sin vergüenza.