Soy incapaz de echar nada de menos y de echar nada de más. Parece que mi cabeza y mi corazón han eliminado todos los recuerdos, buenos y malos, de los últimos cuatro años. El cuerpo es sabio y se autoprotege.

Pero ayer me acordé de que echo de menos cantar contigo en el coche canciones tontas sin vergüenza.

Àvia Montse

La última frase que nos dijo la abuela, a mi hermano y a mí, de pie cada uno a un lado de la cama, fue "Coged el paraguas, mañana va a llover". Señalaba el logotipo del hospital; las enfermeras le habían puesto las sábanas al revés.

Después se durmió.

Y tuvo razón. Al día siguiente llovió.

Pero ella nunca lo supo, porque ya no se despertó más. Durmió durante cinco días y se marchó.

Àvia, tantes coses que ja no podré explicar-te. Ni preguntar-te.

Gràcies per tot el que ens has donat i ensenyat. Per ser l'àvia dolça que sempre rebia els néts amb un somriure. Per ser l'àvia moderna que va aprendre a utilitzar l'iPad i enviar e-mails quan ja passava els 80. Per fer-nos sentir sempre importants i estimats.
Sé que deixarem de plorar-te i et recordarem, tots, amb un somriure, perquè tots els moments i tots els records son bons.
Et trobaré molt a faltar.

Fred

Ahora que viene el frío, me acuerdo. Siete horas en un autobús, de noche.
Cuando llegué, toda la ciudad dormía. Toda tu ciudad dormía.

Hacía tanto frío que cuando un chico
con quien tomé un café en el área de servicio
me ofreció entrar en la cabina de teléfono donde se había refugiado,
entré.
Era una cabina de las antiguas y nos sentamos sobre su maleta.

Me preguntó para qué había venido,
le dije que a verte a ti
y él me contó una historia parecida.

Nos reímos.
Dos tontos tiritando de frío,
un 23 de diciembre en el norte.

Esperando.

Más tarde, abrió el bar de la esquina.
Le invité a un café y llegaste, por fin.
Me dijo "qué suerte, yo seguiré esperando".

A veces me pregunto si ellos lograron que funcionara.

Pasta filo rellena

Hace poco estuve en una verdulería de Sitges donde tienen una gran variedad de productos europeos: griegos, franceses, alemanes... Llamó mi atención un paquete de pasta filo y decidí comprarlo y experimentar. La pasta filo que compré es de esta marca francesa.

La pasta filo, como dice wikipedia, es una masa empleada en la gastronomía del Mediterráneo oriental y del medio oriente, tanto en platos dulces como salados. Seguramente la habréis probado en los pastelitos baklava en restaurantes sirios o libios. En la gastronomía griega se utiliza bastante, pero que yo recuerde mi abuela nunca ha hecho ningún plato con pasta filo, así que me busqué un par de recetas que parecieran suficientemente sencillas como para poder enfrentarme a ellas. Y, la verdad, acerté de pleno: facilísimas de hacer y riquísimas.

Las recetas son esta y esta (tiene guasa que teniendo una abuela griega me haya ido a buscar las recetas a una página australiana...). Hice alguna pequeña variación, pero las seguí bastante.



Pasta filo rellena de espinacas y queso feta

Necesitaremos:

• aceite de oliva
• 1 cebolla
• 300g de espinacas (pueden ser congeladas - hervidas y bien escurridas)
• 100g de queso feta
• 125g de "cottage cheese" (yo no tenía, así que puse una cucharada de queso fresco batido de mercadona y oigan, rico rico)
• 1 huevo
• pasta filo
• mantequilla derretida

1. En una sartén con un poco de aceite de oliva, se pocha la cebolla. Después se agregan las espinacas y la sal. Si hay algo de líquido en la sartén, esperaremos a que evapore y echaremos el queso feta, el queso cottage (o similar) y el huevo batido. Vamos removiendo hasta que espese un poco y apagamos el fuego.

2. Desenrollamos una hoja de pasta filo y la pintamos con un poco de mantequilla. Colocamos otra hoja encima y también la pintamos con mantequilla, y lo mismo con una tercera. Cortamos la pila de 3 hojas a lo largo en tres partes iguales, con cada una de las tiras haremos un paquetito.

3. Colocamos una cucharada generosa de la mezcla de espinacas en el extremo de una tira. Doblamos el extremo hacia adentro, formando un triángulo. Seguimos doblando la tira en forma de triángulo hasta llegar al final, y nos quedará un paquetito triangular. Para cerrarlo, si hace falta pintaremos el extremo con un poco más de mantequilla, para que se quede enganchado al doblarlo.

Así:

Los pintamos con un poco de mantequilla por encima y los ponemos al horno a 200ºC durante 15-20 minutos, hasta que estén doraditos.



Pasta filo rellena de pollo

Necesitaremos:

• 5 cebollas tiernas
• 190 ml de mayonesa
• 2 limones exprimidos
• 2 cabezas de ajo
• una cucharadita de estragón u orégano
• mantequilla derretida
• pasta filo
• pechuga de pollo
• sal y pimienta

1. Picamos las cebollas y el ajo.

2. En un bol, mezclamos la cebolla picada, la mayonesa, el zumo de limón y 3/4 partes del ajo picado.

3. En otro bol, mezclamos un poco de mantequilla blanda con el resto de ajo.

4. Salpimentamos el pollo.

5. Montamos cuatro* hojas de filo una encima de otra, con mantequilla entre ellas (como en la receta anterior) y las cortamos por la mitad a lo largo, para que nos queden dos tiras.
(*Yo lo hice con tres y al cocerse se rompieron un poco, por la humedad de la mayonesa)

6. Ponemos un trozo de pechuga de pollo en un extremo de una de las tiras y lo cubrimos con la mezcla de mayonesa. Hacemos un paquetito rectangular. Repetimos el proceso con el resto de pasta filo y de pollo.

7. Pintamos los paquetitos con la mantequilla con ajo. Horneamos durante 25-30 minutos a 190 grados ¡y listo!

Petit gran equip

Quiero aprender de su positivismo y sus ganas.

Está en catalán con subtítulos en inglés, y os recomiendo mucho muchísimo verlo :)

l'equip petit from el cangrejo on Vimeo.

Tener toda la cama para mí sola. Dormir con Maca. Levantarme tranquilamente por la mañana y tener tiempo de hacer todo con calma, sin turnos de ducha ni de nada, y llegar puntual al trabajo. Cenar ligerito por las noches. Acostarme pasadas las doce. Ver lo que yo quiero en la tele. Tener el salón ordenado y que no haya pelitos de barba en el lavabo.

A quién quiero engañar... me muero de ganas de que que aterrices el jueves en Barcelona de nuevo.

Torta de cumpleaños

Mr. A quería una torta de cumpleaños como las que le hacía su mamá. Así que ni corta ni perezosa le escribí un mail a su mamá y le pregunté cómo eran las tortas. Et voila!

Pasé la prueba con nota, ¡y eso que la evaluaron dos porteños!